Puntos de discurso en el Día Internacional de la Mujer
8 de marzo de 2023 — El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, una fecha para visibilizar la lucha de las mujeres para alcanzar la equidad en diferentes ámbitos de su vida, lo cual empieza por exigir un alto a las prácticas machistas y patriarcales que impiden que las mujeres y niñas en Latinoamérica y el Caribe puedan desarrollar todo su potencial y tener vidas dignas y libres de violencias.
Alianza Americas -una red multiétnica de organizaciones lideradas por personas migrantes originarias de países de Latinoamérica y del Caribe- desarrolló estos puntos de discurso para que mujeres líderes de sus organizaciones alcen su voz y aboguen por los derechos de las mujeres, especialmente por los de las que tuvieron que abandonar sus lugares de origen huyendo de las violencias.
Brecha de género
Reconocemos que hay avances en la integración de las mujeres en la vida económica y laboral en nuestros países; sin embargo, la brecha de género todavía es muy amplia. Los datos hablan por sí sólos. Según el Panorama Social de la CEPAL, en 2022 la tasa de participación laboral femenina era de 51.1, mientras que la masculina era de 74.9. Esta brecha se acrecienta aún más al analizar los ingresos. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, la brecha salarial de género era de 4.0% en Colombia en 2019, 4.7% en Costa Rica en 2018, 6.3% en Argentina en 2021, 8.6% en Chile en 2020, 9.1% en Brasil en 2021, 12.5% en México en 2021, y 16.9% en Estados Unidos en 2021. Mientras que en El Salvador, en 2021 según la Fundación para el Desarrollo de Centroamérica, cifras oficiales el ingreso mensual promedio de los hombres fue de USD 379.13, mientras que, el de las mujeres fue de USD 325.12 reflejando una brecha de aproximadamente USD 54.01 mensuales.
Otras manifestaciones de esta inequidad incluyen la posibilidad de tener ingresos propios. Según la Comisión Económica para América Latina, en Honduras en 2018 el 36.1% de las mujeres de 15 años o más carecían de ingresos propios, comparado con el 13.9% de los hombres.
Además de visibilizar el trabajo remunerado de las mujeres y su aporte a las economías familiares y personales es fundamental destacar la labor de cuidado, el trabajo no remunerado que hacen las mujeres para nuestras familias, y que repercuten en la brecha de género. Los cambios culturales y las protecciones laborales son fundamentales para avanzar en la creación de sociedades más equitativas.
A la par con las tareas de cuidado, muchas mujeres son la única fuente de ingresos de sus hogares, por tratarse de hogares monoparentales o de jefatura femenina. Estas mujeres enfrentan el desafío de ser trabajadoras y cuidadoras a la vez. Según el Observatorio de Igualdad de Género de la CEPAL, en México, las mujeres con ingresos propios dedican 40.6 horas semanales al trabajo no remunerado, en contraste con las 17.1 horas que dedica un hombre con ingresos propios. Esta diferencia se vió exacerbada luego de la pandemia, cuando muchas mujeres tuvieron que renunciar a sus empleos para dedicarse a las tareas de cuidado de manera exclusiva.
Los esfuerzos para avanzar hacia la equidad laboral requieren de cambios culturales y sociales, que deben estar promovidos mediante políticas públicas y legislación que apunte a eliminar las brechas de género. Alcanzar la equidad entre hombres y mujeres en el ámbito laboral y económico tendría profundas repercusiones en la justicia social y en el bienestar de las mujeres, además se traduciría en una mejor calidad de vida para las familias y un progreso económico para todas las sociedades.
Muertes violentas y desapariciones
México, El Salvador, Honduras y Guatemala se han ubicado durante muchos años en los principales países más violentos para las mujeres en Latinoamérica y el Caribe. Según datos del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de la CEPAL, en 2021 Honduras fue país con las cifras más altas de feminicidios en la región: 234 casos (4,6 casos por cada 100,000 mujeres) mientras que El Salvador fue el sexto país con más feminicidios: 80 casos (2.4 casos por cada 100,000 mujeres) y México reportó 1,015 casos (4,6 casos por cada 100,000 mujeres). Por otro lado, en Guatemala las desapariciones de mujeres han incrementado desde 2011, según registros oficiales, donde superan a las de los hombres.
La aprobación de legislación que tipifica el feminicidio o que aumenta las penas no ha contribuido a reducir las violencias. Los altos índices de violencia feminicida indican que es fundamental trabajar en fortalecer las medidas de protección y en cambios sociales y culturales. El desafío no está en el fortalecimiento de la persecución penal, sino en atender las causas del delito, en generar las condiciones para que las mujeres y las niñas puedan vivir vidas libres de violencia.
Migraciones
Las mujeres se ven obligadas a huir de situaciones de violencia, tanto en las calles como dentro de su núcelo familiar. La debilidad e inoperancia de los sistemas de protección son un elemento central que obliga a las mujeres a buscar en otro país la protección que no encuentran en el suyo.
Además, se ven obligadas a dejar a sus comunidades y familias ante la falta de oportunidades económicas debido a la brecha de género: reciben menos ingresos que sus pares hombres, tienen menos acceso a servicios financieros y bienes inmuebles, son las más afectadas por el desempleo, agravado durante la pandemia de covid-19 y en ellas recae las labores de cuidado de sus familias. Las mujeres migran en búsqueda de las oportunidades y los sistemas de protección social que no existen en sus países.
Según la ONU, las mujeres representan casi la mitad de los 244 millones de personas migrantes y la mitad de los 19.6 millones de personas refugiadas del mundo. Las personas migrantes, y en especial las mujeres migrantes, tienen índices de participación en la fuerza laboral (72,7%) más elevados que las personas no migrantes (63.9%). Las remesas que las mujeres migrantes envían a sus familias en sus países de origen fortalecen no solo la economía familiar, sino la economía de sus países.
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