La crisis climática se ha intensificado. Dos huracanes de categoría 4, Eta e Iota, tocaron tierra en Centroamérica el 2 y 17 de noviembre de 2020. Ambos huracanes afectaron a más de 7.2 millones de personas y dejaron una pérdida económica total estimada de $7 mil millones. Las comunidades indígenas y negras de Nicaragua, Honduras y Guatemala se encuentran entre las más afectadas. Las fuertes lluvias, los deslizamientos de tierra y los fuertes vientos dejaron a muchas comunidades sin acceso a carreteras, casas destruidas y limitaciones para comunicarse con varias torres de señales derribadas. Estos desastres naturales agravaron la situación existente en los países centroamericanos, debido a la recesión económica, la pandemia Covid-19 y la inestabilidad democrática y autoritarismo que ha afectado a Centroamérica durante años.