Mujeres que huyen de la violencia en México y Centroamérica en búsqueda de seguridad tampoco la encuentran en Estados Unidos

En México y Centroamérica las mujeres tienen muchos motivos para exigir sus derechos en el marco del Día Internacional de la Mujer que se conmemora este 8 de marzo. Miles de mujeres en la región son afecdas por la violencia y buscan la protección que se les niega en sus países de origen.

3 de marzo de 2020  Buscar asilo en Estados Unidos pareciera ser una de las pocas alternativas que tienen las mujeres en México y en Centroamérica para huir de la violencia y buscar protección que no encuentran en sus países. El femicidio/ feminicidio (asesinatos de mujeres por razones de género) han llamado la atención de la opinión pública en días recientes. Sin embargo, las muertes violentas de mujeres por ser mujeres hacen parte de la vida cotidiana realidad en México y en Centroamérica desde hace casi tres décadas. Hace 27 años Ciudad Juárez, en el norte de México, se hizo tristemente conocida por la impunidad frente a los feminicidios de mujeres jóvenes trabajadoras en las maquilas.

El fracaso de las políticas públicas para prevenir la violencia y para proteger a las víctimas resulta evidente en las cifras, los estudios y en los casos que se reportan cotidianamente en la región. Además, de ubicar reiteradamente a las mujeres como uno de los grupos poblacionales más vulnerables, incluyendo a las mujeres trans.

Además, factores como el degradación ambiental están impactando en la violencia contras las mujeres, como lo destaca un estudio reciente, que reitera la necesidad de incluir una perspectiva de género en los esfuerzos por generar respuestas adaptativas.

En el caso de la violencia física y sexual contra las mujeres destaca la impunidad generalizada en la región. Las sobrevivientes buscan como última opción huir del agresor y buscar protección en Estados Unidos u otro país. Sin embargo, durante la administración Trump se han hecho esfuerzos por limitar el acceso al asilo en la región. La inclusión y consideración de la perspectiva de género y los esfuerzos por incluir y reconocer la violencia contra la mujer, como un motivo de persecución, merecedor de protección, bajo el asilo, son una herramienta esencial. Sin embargo, continúan los esfuerzos para ignorar, desconocer y limitar el acceso al asilo en Estados Unidos. En el año fiscal 2020 se observa un aumento en el número de casos que están siendo resueltos, aunque continúan ingresando al sistema más casos de los que son resueltos, y el porcentaje de casos en los que se negó el asilo ha subido de 69% en el año fiscal 2019, a 72% en los primeros meses del año fiscal 2020.

 

México y Centroamérica: entre las regiones más violentas para las mujeres y niñas 

 

En los últimos días en México, la sociedad se ha conmocionado por el feminicidio de Fátima, de 7 años. La niña apareció muerta con signos de tortura luego de cinco días de haber desaparecido tras su salida de la escuela. Las autoridades investigan a la escuela por una serie de omisiones que terminaron en la tragedia. El caso de Fátima apenas describe la grave situación de violencia que sufren las mujeres y las niñas en México. El año pasado cerró con casi 3,000 feminicidios de los cuales 98 eran niñas. El feminicidio infantil ha crecido un 96 % en los últimos años cinco años, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Este año sigue la tendencia a la alza con más de 265 asesinatos de mujeres identificados como feminicidios. El gobierno de México enfrenta una realidad compleja ante la impunidad de los casos, la falta de investigación con perspectiva de género, sin ayuda especializada para la investigación y las familias, esta realidad se marca con un fracaso de la sociedad y del Estados mismo.

En 2019, en el norte de Centroamérica, la situación de las mujeres igual de alarmante. En el caso de El Salvador se contabiliza la tasa más alta de feminicidio por cada 100.000 mujeres, que detalla un índice de 6,8 casos. En Honduras se contabilizaron 391 asesinatos de mujeres de 843 contabilizados por el Observatorio Nacional de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH). Según el mismo registro, cada 23 horas una mujer pierde la vida de forma violenta. Guatemala es el cuarto país que tiene el índice de feminicidios más alto en la región con dos casos por cada 100.000 habitantes, según la CEPAL; en donde se agrava la situación contra de los pueblos indígenas y de las mujeres generalmente van acompañados de actos de violencia, crímenes de odio e impunidad.

La violencia contra la mujer debe ser una de las prioridades de los gobiernos en México, en El Salvador, en Honduras y en Guatemala. Las mujeres están muriendo por ser mujeres ante la impunidad e indolencia de los Estados, mientras Estados Unidos les cierra la puerta y les niega la protección que necesitan. En Alianza Americas exigimos y demandamos protección de las vidas, la libertad y de la integridad de las mujeres en la región.

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